martes, 27 de enero de 2009

RITO, RUTINA Y PODER

Más allá del Sí y el No

“… en Oruro, para asegurar la victoria, también hicieron bendecir el texto con agua bendita en las graderías del templo del Socavón” (Periódico La Prensa. Suplemento Referendos Dirimente y Aprobatorio. La Paz. Domingo 25 de Enero de 2009. P. 2)

Mandato, hacia todos lados y en toda dirección, se convierte en trabajo para ejercer una nueva vida constitucional, porque ofrece actitud directa de consecuencia y consentimiento con la nueva realidad política del país. Especialmente para quienes votamos, no implica una simple o ficticia rutina, figura democrática de lo mismo; sino sentimiento decisivo de acción, por eso éste está siendo momento de locura ritual colectiva que, más allá de cualquier contradicción radical, permite fusionar nuestra descomposición institucional pública, algunos comportamientos intentando quizás recuperar su fachada de transición perdida y en crisis, y la destrucción, inevitable, de su máscara, renovando el pacto y la promesa de cambio por muchos años. Sea Sí como No, nuestra realidad de rutina política está variando y puede hacerlo todavía más.
Escuchamos todavía argumentos, que tienen que ver con sentimientos casi personales, de amor propio, de grupo o fratriarquía, vestiduras confundidas con factores éticos y jurídicos, impotentes de comprender y seguir institucionalmente que, al final de cuentas, sus mismas emociones apelan desde la diferencia; sin embargo hoy, como nunca, voto y ley interpela más bien a todos y todas desde nuestras conciencias.
No cabe duda lo imperativo que resulta, para nuestra sociedad diferenciada en millones de individuos, familias, grupos, comunidades y pueblos, votar y construir, adaptarse al ritmo de transformaciones que promete una Nueva Constitución Política del Estado, para librar un viraje de transición pacífica y profunda.
Quienes, protagónicamente, habitamos este nuevo y vasto territorio de transformaciones concientes, poseemos al cuerpo como base de todo recurso energético y catalizador de ejercicio individual y colectivo. Especialmente un cuerpo aprisionado, atado y oprimido por lazos religiosos y jurídico-políticos, precisa decidirse él mismo a desatar lacras, mentiras y egoísmos muy humanamente disfrazados con valores o principios éticos y morales que asimismo se alimentan de una obra cualquiera de destrucción y construcción de algo que no se sabe bien, pero que no necesariamente implica la misma lógica o rutina de poder.
Aquel mandato de ser hombres y mujeres nuev@s siempre, interpela igualmente lo que justificamos como cimientos silenciosos de alguna conciencia y razón dada a nuestra mirada como única; pero, necesitamos renovar siempre nuestra mirada para compatibilizar y construir dignamente nuestra cotidianidad histórica.
Estar a la altura de lo que vendrá, sin conocer a ciencia cierta nada, merece nuestra escucha activa para una estrategia que es el cambio, así pues una vez que votamos estamos preparados para admitir y construir desde muchas estrategias procesos hacia todos lados y en toda dirección.
De allí que es inusual pero importante contar con ambas versiones de nuestra decisión, ya que más allá de esta guerra del Sí y No, lo que cuenta es nuestra intuición colectiva por otro mundo, diferente y nuevo. Aquí y para tod@s.

Carlos E. Brañez C

martes, 20 de enero de 2009

Votemos sí por la CPE de los pobres

El proyecto de Constitución Política del Estado (CPE) fue redactado con el aporte de organizaciones políticas y sociales de nuestro país por lo que afirmamos que se trata de un documento del pueblo boliviano y que resume, especialmente, los intereses de los pobres.
La nueva CPE será una reforma jurídica y política fundamental que influirá positivamente para que siga cambiando la sociedad, la economía, la cultura en Bolivia.
Esa Ley Fundamental aportará a la resolución de las contradicciones que afectan, especialmente, a los pueblos indígenas, pero también ayudará a superar otras contradicciones que mantienen la explotación de otras clases sociales.
Aquel documento contiene derechos para todos los bolivianos, aunque con preferencia por los postergados de siempre porque de varios de esos derechos, incluso ahora que vivimos y/o protagonizamos cambios, sectores sociales y políticos privilegiados todavía son los principales beneficiarios de esos derechos. Ahora en cambio el pueblo, los pobres, tenemos la posibilidad cierta de seguir la lucha para que esos derechos se materialicen, aunque en varios casos habrá necesidad de conar con recursos materiales para que aquéllos se hagan realidad plena.
Confiemos en que la nueva CPE sedrá un instrumento de lucha en la recuperación del patrimonio de los bolivianos: los recursos mineros, varios de los cuales siguen explotados por empresas transnacionales y sus socios internos; los recursos naturales renovables, como los bosques; otros como el litio del salar de Uyuni, las aguas del Silala, la biodiversidad.
Las insuficiencias de la nueva CPE podrán enmendarse, pero para eso se necesitará más fuerza de la que el pueblo acumuló hasta este momento.
Votemos sí porque así lo haremos por el pueblo, por los pobres, por sí mismos porque el proyecto de CPE concentra los intereses de los trabajadores, del pueblo y del país, de campesinos e indígenas, de manera preferente.
También votemos para que, en lo sucesivo, nadie tenga más de 5.000 hectáreas de tierra. Así nos aproximaremos a que la tierra sea del que la trabaja personalmente y no del que la hace trabajar con asalariados.
La Paz, enero de 2009.

Convergencia por los Cambios