Soledad Antelo, periodista
Ayer, el canal Unitel transmitió en Santa Cruz en un programa de “opinión” el resultado de las encuestas que había encargado a una consultora. Estaba a punto de castigar a esta cadena televisiva con el zapping, pero me contuve. Curiosa por saber cuán imaginativos estarían para continuar con más de lo mismo, pensé: seguro que ahora nos vienen con el cuento de que la segunda vuelta en diciembre es inminente, que Evo cae y cae y ¿Manfred y/o Samuel? suben y suben…
Pero, curiosamente, nada de eso dijeron. Dieron resultados en las mismísimas narices de don Manfred Reyes Villa. El “Bombón” tuvo que hacer mucho esfuerzo para que no se le avinagre la sonrisa artística que suele lucir en estos casos. No era para menos: los resultados parecen contravenir sus más íntimos deseos de constituirse en el líder de la oposición de derecha para los próximos cinco años.
Aceptar que Evo Morales ganaría por más de cuarenta puntos a su inmediato seguidor es admitir que la inmensa mayoría del pueblo boliviano tiene ya decidida su opción. Números más, números menos, lo cierto es que esta elección, no por el resultado predecible del 6 de diciembre, tiene una importancia fundamental para el giro que viene dando nuestro país y la región en estos últimos años.
Se trata de lograr una mayoría suficiente que permita que la nueva Constitución Política del Estado finalmente pueda traducirse en un ordenamiento legal que ponga en marcha un cambio trascendental e histórico. Entre otras, es previsible que ese nuevo ordenamiento jurídico facilite una verdadera y auténtica democratizació n de los diferentes poderes del Estado; entre ellos, el Judicial y el Electoral.
Precisamente ése es el sentido último que hay que interpretar de esta manifiesta mayoría: a pesar de un andamiaje mediático que ha procurado (y todavía procura) torcer el sentido común del ciudadano, la vitalidad de este cambio no se atenúa luego de más de tres años de gestión del Presidente Evo Morales. Por el contrario, ocurre un fenómeno político que es único en nuestro país y ejemplo para la comunidad democrática: cambios en paz, en consulta con la ciudadanía, en armonía con las reglas democráticas que el neoliberalismo, en su época de esplendor, consideraba perfectas e irrefutables.
Un confeso mirista mediocre aconsejó hace unos días favorecer a la oposición de derecha con un voto regionalizado, promoviendo el apoyo a aquellos candidatos mejor perfilados en cada departamento para evitar una apabullante derrota. Sano y diáfano consejo sería “votar por Manfred Reyes Villa en Beni, Chuquisaca, Cochabamba, Pando, Santa Cruz, y Tarija; habría que votar por Samuel Doria Medina en La Paz y Oruro; y votar por René Joaquino en Potosí”; si no mediara la mezquindad de la propuesta.
Y eso es precisamente lo que quedó develado en el programa de Unitel de anoche: Manfred Reyes Villa, ungido por las malas como el líder de la oposición, no tiene ninguna propuesta que hacer al país, salvo ese leit motiv de sus mandantes: oponerse a cómo de lugar al proceso de cambio.
Razones por demás claras para una ciudadanía que día a día abre los ojos y cierra los oídos a las mentiras mediáticas. Tanto asustaron con que se anularía la propiedad privada, que Dios sería expulsado del territorio nacional, que el país se hundiría por la invasión de las “hordas masistas” y otros infundios, que ahora, por más que griten que viene el lobo, ya nadie les cree.
Quizá por ello Unitel abogue ahora por decir la verdad; el sentido común aconseja recuperar la credibilidad para cargar baterías para nuevas contiendas. Abril está próximo, y eso pesa mucho en el ánimo de una oposición que ve cómo la estrategia de regionalizar el poder para promover el enfrentamiento ya no encandila a los muchos ciudadanos que, hasta hace menos de un año, creían ingenua y firmemente en propuestas dizque autonomistas.
Dándole el beneficio de la duda a la encuesta de marras, la lectura da para pensar que es posible un triunfo del MAS IPSP en todos los departamentos del país. Que veinte senadores ya visten de azul, negro y blanco, y que cuatro más pueden ampliar esta lista. Y que podrá superarse el histórico 54% de la anterior elección…
Manfred, ¿huirás del país antes o después de conocido el escrutinio?
PS. De yapa, diré que no creo en las encuestas, ni aún cuando éstas se muestran favorables a nuestros deseos. Eso sí, tengo la certeza de que el pueblo, una vez más, las (y los) derrotará, y de lejos…
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